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Cultura

Podcast “Te Busco”: Qué pasa cuando encuentras a quien te atropelló hace 20 años

Podcast “Te Busco”: Qué pasa cuando encuentras a quien te atropelló hace 20 años

La noche del 30 de octubre de 2003, la periodista Catalina May fue arrollada por un furgón en Las Condes. Quedó grave, con fracturas múltiples, hematoma cerebral. Bloqueó esa historia durante dos décadas. Hasta que este año decidió buscar al chofer y cerrar el ciclo que tenía abierto. El registro de esa tarea complicada, que finalizó con éxito, lo convirtió en esta serie sonora, coproducción de ocho capítulos de Las Raras y Podium Podcast. “Es muy difícil vivir con un vacío en tu memoria”, dice ella.

Por: Patricio De la Paz | Publicado: Viernes 22 de diciembre de 2023 a las 08:00
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"Esto fue como meterme una mano en la garganta y darme vuelta entera desde adentro”. Catalina May, periodista, se despacha esa frase sin inmutarse demasiado, sin dramatismos. Está en el sur de Chile, conectada por Zoom, una mañana de viernes, descansando después de un año intenso de trabajo para el podcast Te busco, que es la razón por la cual dice que tuvo que vaciarse desde las entrañas.

La historia que allí cuenta es la suya y es fuerte: no sólo narra por primera vez el atropello en que casi perdió la vida hace dos décadas -del que no había vuelto a hablar ni siquiera con su familia en todo este tiempo-, sino también su búsqueda durante el 2023 para encontrar a quien la arrolló una noche en una esquina de Las Condes.

Catalina May sabe bien lo que es un podcast. Junto al ingeniero Martín Cruz formaron hace ocho años Las Raras, que ya lleva varias temporadas a cuestas -la actual es la séptima- y ha ganado reconocimientos como el Premio Roche de la Fundación Gabo o el Premio Periodismo, Memoria y DDHH, entre otros. Ella se encarga de la narración y el contenido; él del diseño de sonido. Se dedican al documental sonoro: cuentan relatos de personas que rompen reglas, y lo hacen siempre en tiempo real y grabando en terreno. Pero, hasta ahora, nunca habían hecho una serie. Tampoco habían entrado a la historia personal de uno de ellos. Te busco fue esa primera vez.

La idea les rondaba la cabeza hace un tiempo y se convirtió en quehacer cuando se ganaron un Fondart por el proyecto. Como sabían que el desafío de encontrar al chofer que había atropellado a Catalina años atrás significaría un intenso trabajo de investigación, buscaron la colaboración de Tensa Calma, oficina donde los periodistas Rodrigo Fluxá, Sebastián Palma y Pablo Álvarez se dedican justamente a ello. Eso fue en enero. Con los meses empezaron a avanzar lentamente, a atar cabos, a encontrar información. Pero sucedía algo más.

Junto a ese trabajo de reporteo, que se desplegaba con tono casi policial, Catalina May empezó a mirarse para adentro. A encontrarse con sus miedos y sus formas de protegerse todos estos años frente al tema. Habló con psiquiatras, cuyas voces están también en el podcast. “Por un lado, el trabajo fue meterse en profundidad en periodismo de investigación, pero por otro estaba mi proceso personal, de por qué hacer esto y tanto tiempo después. Es muy difícil vivir con un vacío en tu historia, en tu memoria”, dice. Así, junto a las pesquisas para dar con quien la había atropellado, la periodista debió iniciar inevitablemente un viaje interior, del que asegura salió bien, pero agotada. 

Recordatorios

El jueves 30 de octubre de 2003, pasadas las 11 de la noche, Catalina May cruzó corriendo la intersección de las calles Colón y Domingo Bondi. Se había bajado recién del auto de unos amigos que iban a seguir la fiesta, pero ella había decidido irse a casa. Cruzó justo cuando la luz cambiaba de roja a verde; y en un segundo fue embestida por un furgón que la hizo volar 50 o 60 metros por el aire. Cayó con fuerza sobre el pavimento. Y ahí quedó, casi inconsciente, quejándose. Ella, como lo dice en el podcast, no tiene recuerdos de ese instante, mientras que los testigos -poquísimos- tienen versiones que no siempre coinciden. 

La trasladaron de urgencia al Hospital Salvador. El caso era grave. Tenía prácticamente desecho el lado derecho del cuerpo. De madrugada la llevaron a una clínica. Tenía fracturas de pelvis, craneal, de clavícula, de vértebras, de costillas, de peroné, de tobillo. Debieron además drenar un hematoma del cerebro. Fue una recuperación lenta. Con dolores y molestias en el cuerpo que se mantienen hasta hoy y que ella llama recordatorios. “Todas las mañanas me duele el pie, todas las mañanas me duele el hombro, todas las mañanas me duele acá (y se toca el cuello)”.

Como una manera de protegerse, Catalina May no habló más de este tema. En 20 años. Ni con amigos, ni sus padres, ni su hermana. Totalmente disociada de todo lo que tuviera que ver con el atropello, como ella reconoce. Como si la historia no le hubiera ocurrido a ella, sino a otra persona. Pero con el podcast tuvo que conectarse. No sólo conversar del asunto, sino revisar sus exámenes de esa época, buscar el parte policial, ir a ver su ficha al hospital. Vivir de nuevo esos momentos que ella misma había sepultado.

“Fue duro, pero también fue importante. Nadie me dijo ‘¿por qué estás haciendo esto?’, ‘no quiero hablar contigo después de 20 años’. A todas las personas a las que les pedí si podíamos hablar de esto me dijeron que sí, a pesar de que todos sabemos que es un tema incómodo. Todos entendieron la necesidad mía de reconstruir esto. Ha sido un proceso de un año en que a todos nos ha resurgido este episodio, ha sido intenso no sólo para mí”, explica. “Terminé agotada, pero bien. Mucho mejor que cuando empecé. Romper un tabú al final siempre es liberador”.

"A todas las personas a las que les pedí si podíamos hablar de esto me dijeron que sí, a pesar de que todos sabemos que es un tema incómodo. Todos entendieron la necesidad mía de reconstruir esto. Ha sido un proceso de un año en que a todos nos ha resurgido este episodio"

Al principio, este trabajo era para ella una manera de cerrar un círculo que se mantenía abierto. Pero a medida que avanzaba el podcast, se fue complejizando. Porque a Catalina May, hablando con expertos en salud mental, le apareció en la ruta una palabra que hasta entonces le había sido ajena: trauma. Pero de eso hablará al final de esta conversación.

“Yo estoy con taquicardia”

Buscar a quien la había atropellado dos décadas atrás. Ese se convirtió en uno de los objetivos principales del podcast y una manera para Catalina May de poner un cierre a la historia. “Para sanarme”, dice ella en uno de los capítulos del podcast. 

Fue una tarea compleja. No había registros. No estaba el nombre del conductor por ningún lado. Y en los pocos papeles en que sí estaba, se había tachado porque no era información que se podía compartir. El equipo de investigadores se movía por todos lados. Avanzaban, retrocedían, volvían a avanzar. A mediados de julio, aconsejaron que la búsqueda debía viralizarse. Y convencieron a May de poner un aviso en el diario, que decía: “TE BUSCO. El 30 de octubre de 2003 me atropellaste en Colón con Domingo Bondi. Fue mi culpa. Casi muero. Después de 20 años quisiera hablar contigo. Por favor déjame un audio al WhatsApp +56984329581”.

Recibió muchos mensajes de vuelta. Sobre todo de personas que habían pasado por situaciones similares y solidarizaban con ella. Pero el chofer no se dio por aludido. Seguía siendo un fantasma. Catalina May recorrió canales de TV y habló en prensa escrita contando la historia y repitiendo el llamado. Pero nada.

Catalina May y Martín Cruz crearon hace ochos años Las Raras.

Hasta que los investigadores encontraron la patente del vehículo del atropello y, a través de ella, a su dueño. Catalina May lo fue a ver a su oficina, grabando todo a tiempo real, como se hizo con todas las acciones registradas en Te busco. En esa visita se enteró de que el propietario del auto conocía la historia y que es pariente de quien la atropelló. Él le dijo que era un hombre alto, grueso, que “parece un osito”. Quedó de preguntarle si quería hablar con ella. La búsqueda estaba a punto de terminar. 

En el octavo y último capítulo del podcast, titulado El oso, Catalina May encuentra a quien la atropelló. Primero lo llama por teléfono. “Me emocioné al escucharte”, le dice él. “Yo estoy con taquicardia”, le responde ella. Se reúnen poco después, en la casa de él. Hay revelaciones, puestas al día, piezas para completar el puzzle. Pero ella, la narradora que es también la protagonista, es como si no estuviera ahí. Nuevamente la disociación, la distancia, el bloqueo de las emociones. El mirar la historia como si no fuera propia. Protegerse para poder continuar. “Encontrar a quien me atropelló fue un tremendo avance, pero no fue el antídoto total frente al tema; era iluso esperar eso”, comenta ahora en Zoom.

Claro, estaba también lo que fue encontrando en su viaje interior.

La narradora, que es también la protagonista, es como si no estuviera ahí. Nuevamente la disociación, la distancia, el bloqueo de las emociones. El mirar la historia como si no fuera propia.

Me busco

Cuando ya tenían la historia resuelta, se acercaron en agosto a Podium Podcast -del Grupo Prisa, responsable de productos sonoros como Quién mató a Anna Cook o Corderos- y armaron Te busco en coproducción. La música original es de Andrés Nusser. El último capítulo fue lanzado el 6 de diciembre.

Para mí, en lo personal, el gran descubrimiento de todo esto fue el tema del trauma, porque nunca había pensado en esos términos. Y es súper importante. Es como tener un diagnóstico, ponerle un marco conceptual a lo que te pasa. Cuando digo que no he querido hablar de esto hace 20 años, los especialistas me han dicho que es lo más común, que nadie que tiene un trauma quiere hablarlo. Entonces no estoy sola, no soy tan rara”, explica Catalina. “Fue un cambio total para entender esta experiencia y poder procesarla. En mi caso, narrar el trauma fue la terapia”. 

El trauma, además, hizo que esta historia particular se hiciera universal. Dice Catalina: “Recibimos mucho feedback, siempre súper positivo, y también muchas historias de personas que han tenido eventos traumáticos en sus vidas. Como dice uno de los psiquiatras, el 70% de las personas en el mundo ha vivido una experiencia traumática. Eso lo convierte en un podcast súper general, transversal, lo cual para mí le da mucho sentido”. Te busco es la historia de un atropello hace 20 años, sí; pero es sobre todo el registro de un trauma.

Para mí, en lo personal, el gran descubrimiento de todo esto fue el tema del trauma, porque nunca había pensado en esos términos. Y es súper importante. Es como tener un diagnóstico, ponerle un marco conceptual a lo que te pasa.

En medio de su viaje interior, la protagonista y narradora muchas veces duda si seguir adelante y lo dice en varios capítulos. Narra con distancia, como evitando cualquier fragilidad. Pero es como si caminara entre espejos: por todos lados, todo el tiempo, ve el reflejo de sí misma, sin poder esquivarse. Obligándose a mirarse una y otra vez. 

“Encontrar mi voz, sacarla afuera, creo que fue lo más difícil -explica-. Al principio otros cuentan mi historia, porque yo no me acordaba, tenía amnesia, era como la excusa perfecta para dejar que los otros hablen. Pero a medida que el podcast iba avanzando, se requería que yo estuviera más presente, que hablara de lo que pasaba dentro mío”.

Hoy habla de trauma de una manera fluida. Ha leído sobre eso, es capaz de reconocerse en él. “Bueno, reconstruí mi historia, conozco los efectos del atropello en mi cuerpo y entiendo también los efectos sobre mi mente. Es como entender de qué forma este evento traumático me cambia y me define para bien y para mal. Al final, el Te busco es casi un ‘Me busco’”.


"Te busco" se puede escuchar gratis en Spotify y todas las aplicaciones de audio. También en lasraraspodcast.com y podiumpodcast.com.

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